Reflexiones sobre novela DIANA continuación de novela breve Barbarita.
El Chiny Surfer después del desbarajuste emocional sufrido por la ruptura con Barbarita y Geoconda; su señora de Cuenca la señora mayor y su amante secreta la señora Malo de El Juri le manda por Weatern Union unos dos mil dólares, que en esa época eran dinero contante y sonante, para que coloque distancia entre Salinas y él y se vaya a cumplir su sueño de surfear en los tubos gigantescos de Jeffrey's Bay en Sudáfrica.
Ni bien el Chiny Surfer se mete al agua es observado intensamente por Diana una mulata hija de mulata y medio víctima sicológica de la política racista sudafricana del Apartheid del anterior Presidente Bhotta, que permite que el presidiario Nelson Mandela tome el poder al salir de años y años de cárcel.
Diana es una mulata hija de mulata sudafricana completamente fuera de este mundo y por supuesto un fenómeno sexual en comparación con lo que el propio Chiny Surfer entendía como experiencias alocadas de sexo, locura, desenfreno, alcohol y cualquier cosa que se le pudiera imaginar y ocurrir a uno.
Para empezar Diana lo invita a comer asados de antílope Oryx que en esos tiempos era un animal en peligro de extinción y luego lo incita a cometer toda clase de desvaríos sexuales y a quejarse despacito para luego retenerlo cuando el otro confundido ya está a punto de hizar la bandera y de mandar todo al diablo.
En medio de este tira y afloja de aventuras de surf y de sexo a lo loco el lector va a conocer y a amar Sudáfrica en especial el estilo de vida de los surfers de Jeffrey's Bay recreados en la imaginación del autor Edison Delgado Yepez- Sam Scholl, después de alimentarse y retroalimentarse durante toda su adolescencia y juventud leyendo revistas como SURFER Magazine y Surfing Magazine y luego investigar sobre los interminables documentales de surf sobre la corrida surfista en la playa de Jeffrey's Bay en Sudáfrica.
En esta novela Diana es la mulata preciosa hija de mulata de suaves y finos rasgos de terciopelo donde los lectores descubren que el verdadero nombre de el Chiny Surfer no es pues Chiny o Chinito sino Edison, para usar por primera vez desde 1988 y con más fuerza desde 1993 su nombre de pila de autor como en cambio Henry Miller, abusó tanto de este recurso autobiográfico literario desde su primera extensísima novela Trópico de Cáncer.
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